Biografía

 

Estoy persuadida que el camino de sanación de casi todas las problemáticas humanas encuentra en la reconexión con nuestro lugar de hijos una eslabón invalorable.

 

Me siento privilegiada por haber recibido una fuerte vocación social, un espíritu investigador y la oportunidad de contribuir al bienestar, crecimiento y calidad de vida de las personas.

En 1978 terminando la carrera de Sociología en la UBA, un profesor, el Dr. Valdez, al que le gustó mucho mi modo de exposición me recomienda para hacer horas de investigación en el Departamento de Orientación Vocacional de la UBA. Ahí comienza mi camino como orientadora. Paralelamente me recibo  de Psicóloga social en la Escuela de Pichon Riviere y comienzo a  formar observadores de grupos, tarea que realizo durante 14 años, en paralelo a la Orientación Vocacional. Pero mis orientados querían continuar haciendo su terapia conmigo entonces decido estudiar  la carrera de Psicología en la UBA.

A comienzos de los 90,  después de participar en los ochenta de todo el desarrollo de la modalidad clínica en Orientación Vocacional con técnicas activas y psicodramáticas me encuentro con nuevas problemáticas para los cuales los orientadores no estábamos preparados. Chicos que querían estudiar pero nada los motivaba verdaderamente, jóvenes que sentían la universidad como una cárcel que les impediría tocar la guitarra o jugar al futbol, o estar con sus amigos;  chicos que podían identificar con facilidad sus intereses vocacionales pero quedaban igualmente insatisfechos, y por último jóvenes que vivían su elección vocacional con tal nivel de hiperexigencia como si la vida les fuera en ello. Sin poder plantearse la  exploración, la búsqueda, la posibilidad de equivocarse y cambiar su elección. En su conjunto eran chicos que estaban posicionados con sus padres en un vínculo de igual a igual por eso nada les parecía suficiente.  Sin embargo cuando recuperaban o reconectaban con su lugar de hijos el tema vocacional se destrababa inmediatamente. Así es como armo en 1992 la Escuela de Post-Grado en Orientación Vocacional con Abordaje Vincular-familiar para formar profesionales con este abordaje.

Paralelamente desde 1989 comenzamos con el Dr. Benjamin Zarankin y la Profesora Nora Mares a desarrollar la Terapia Vincular-Familiar. Una investigación realizada entre 84 familias y 156 niños en el año 2002 permitió comprobar que el factor común de todas las consultas  emocionales y vocacionales había sido un  vínculo de enfrentamiento de igual a igual entre padres e hijos o un posicionamiento interno simétrico de los hijos respecto a sus padres. La estrategia de tratamiento en todos esos casos fue posibilitar la recuperación del lugar de hijos en la estructura familiar. La principal hipótesis que manejábamos en ese momento es que la simetría tenía su origen en la dificultad de los padres de sostener su lugar de autoridad.

Escribiendo mi primer libro “Desmotivación, insatisfacción y abandono de proyectos en los jóvenes, en el año 2004  me encuentro con un gran hallazgo, “la simetría del niño con el adulto” no está provocada por la dificultad de los padres de sostener su lugar de autoridad sino que es estructural, se da en todos los niños desde que nacen independientemente de la voluntad o habilidad de sus padres para ejercer su autoridad.

Y a partir de allí me encuentro con la necesidad de seguir investigando esta temática y difundir aún más estos hallazgos, así como contribuir a la construcción de nuevos modelos de autoridad en la familia y a nivel educativo, acordes a estos cambios. Continúan  los viajes por Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Brasil. En el 2010 realizo una investigación con 764 jóvenes argentinos de 17 a 27 años publicada por Noveduc: “Simetria entre padres e hijos” y en el 2017 la primera investigación con niños de 6 a 12 años con alcance en la región: “Como sienten y piensan los niños hoy” de editorial Noveduc.  Allí  aparecen las tres dimensiones de la simetría y sus efectos: Mimetización con el adulto, paridad psíquica, y por último  falta de individuación e hiperexigencia.  Este mismo año apoyada por la Sociedad Argentina de Terapia Familiar comienza a funcionar la Primera Escuela para madres y padres para el abordaje de la simetría del niño y joven con el adulto con modalidad presencial y a distancia.