Sólo en Buenos Aires, el 34 por ciento de las mujeres sostiene la economía de sus hogares. Esto modifica profundamente la relación con sus hijos.
Cada vez son más las madres que trabajan todo el día fuera de casa, lejos de sus hijos, presas fáciles de la culpa y el autorreproche.A menudo piensan que todo lo que sucede de malo es resultado de su desatención: “Los chicos ven demasiada televisión, no hacen las tareas del colegio, se aburren”. Sin embargo, el trabajo siempre acarrea aspectos positivos, tanto para ellas como para sus hijos.
- MODELOS. Las mujeres valoran lo que ha significado para su autoestima el acceso al mundo del trabajo. Pero hay momentos en que se preguntan si valdrá la pena trabajar tanto, si no sería mejor estar mucho más tiempo con sus hijos. Sin embargo, estos cuestionamientos inherentes a la condición de madres son favorables porque las hacen estar atentas y conectadas emocionalmente con sus hijos. Sólo se transforman en negativos cuando se responde sin poner límites, exclusivamente desde la culpa y el autorreproche, a los pedidos de los niños cuando por las noches se regresa a casa.
- COMPARTIR. La capacidad de percibir e intuir es un aliado fundamental, junto con otra capacidad que viene del mundo paterno: la de aceptar las propias limitaciones. Si estos radares funcionan adecuadamente se puede estar alerta y construir pautas contenedoras junto con los otros miembros de la familia, padres incluidos, o personas de confianza para la atención y acompañamiento de los hijos.
- NATURALIDAD. Es importante saber que los hijos van a vivir con naturalidad aquello que los padres sean capaces de aceptar y, por el contrario, van a cuestionar las contradicciones si los adultos no pueden tolerarlas y aceptarlas como parte de la vida y del modelo de familia que han decidido construir.
- CONFUSIONES. Las mujeres que han quedado desconectadas de sus propios padres muchas veces presentan una tendencia natural a buscar la compensación a esa falta de amor en los propios hijos, es-tableciendo vínculos donde se desdibujan las diferencias.
- RESPUESTAS. Ante la confusión, los hijos responderán con maltrato y un excesivo nivel de demanda, y también con distancia y desinterés, porque sienten que esa tarea (la de cubrir el amor de los padres) los excede y los atrapa en un vínculo que sienten como asfixiante. Finalmente resulta que esta misma distancia emocional heredada de generaciones anteriores que queremos transformar, se termina por instalar nuevamente en los jóvenes actuales. Trabajando muchas horas fuera de casa, es más necesario que nunca reforzar la confianza en la propia percepción recuperando el contacto afectivo y la conexión emocional con los propios padres y con los hijos.
Por Lic. Claudia Messing
La autora es directora de la Escuela de Posgrado en Orientación Vocacional Ocupacional y Asesoramiento Familiar, y terapeuta familiar de la Organización Vincular