DESMOTIVACION, INSATISFACCION Y ABANDONO DE PROYECTOS EN LOS JOVENES. UNA ESTRATEGIA PREVENTIVA

“DESMOTIVACION,INSATISFACCION Y ABANDONO DE PROYECTOS EN LOS JOVENES. UNA ESTRATEGIA PREVENTIVA”
Conferencia Realizada en la Primera Escuela Privada de Psicología Social de Pichon Riviere, el día 26 de Octubre de 2007 y publicado en la Revista Temas de Psicología Social. Claudia Messing
Muchas gracias por la presentación realizada por Rosa Marcone y por la introducción realizada por Guillermo Volkind que en forma atinada y profunda ha revelado el panorama de complejidades y preguntas que se hacen los jóvenes, los padres y los educadores frente a la movilización que despierta hoy la elección de una carrera. Yo diría para acompañar esta reflexión de Guillermo que la desmotivación, la insatisfacción y el abandono de proyectos en los jóvenes son verdaderos emergentes de las profundas  transformaciones y contradicciones que atraviesan las sociedades contemporáneas.

Pero antes de seguir con el tema quería también decirles que para mí es importante estar aquí, muy emocionante, porque he pasado mucho tiempo en esta escuela. Rosa no se acordaba exactamente la cifra, pero estuve 14 años coordinando grupos, de 4to.año, formando observadores durante 14 años y para mí fue un placer enorme trabajar aquí siempre. Dejé esta tarea para tener a mi última hijita, mi cuarta hijita, que ahora tiene 17 años. Y después de eso formé la Escuela de Post-grado en Orientación Vocacional- ocupacional. O sea, que dejé esta escuela para armar otra escuela también dedicada a la formación, pero especializada en orientación vocacional.
Voy a comenzar por explicarles como surge este nuevo abordaje vincular-familiar en Orientación Vocacional. Ya desde 1992 trabajando como orientadora me daba cuenta que había una cantidad de situaciones de los jóvenes que no estaban incluidas en la orientación vocacional tradicional, que no respondían a los parámetros acostumbrados. Por más técnicas activas, lúdicas, psicodramáticas  que aplicáramos, algo en los jóvenes no se terminaba de organizar internamente, no terminaban de definir un campo propio de intereses. No porque fallaran las técnicas, sino porque nada los motivaba lo suficiente.
Eran jóvenes apáticos, desconectados, muchos de los cuales iban cambiando, de carrera en carrera, pensando que no habían encontrado su verdadera vocación, cuando en realidad, el problema era que nada los motivaba suficientemente. Entonces fue ahí que empecé a trabajar desde esta línea vincular-familiar entendiendo que si no modificaba el parámetro de la mirada, no íbamos a poder ayudar a estos jóvenes. Este es un primer grupo problemático de jóvenes, que quieren estudiar pero nada les parece suficientemente  interesante.
Pero hay un segundo grupo de jóvenes, mucho más amplio, que al poco tiempo de realizar la consulta de orientación vocacional, en dos o tres entrevistas, o a través del  proceso habitual de ocho o diez entrevistas encuentran con facilidad cuál es su campo de intereses. Pero igualmente no se terminan de apasionar, no se terminan de convencer con lo que han encontrado, se sienten insatisfechos. Muchos que aparentemente realizaron buenos procesos de orientación vocacional, se inscriben en facultades, y se inscriben con convicción, pero  también a los tres, cuatro, seis meses, encuentran que no les convence lo que han elegido, que no les resulta suficiente. Y empiezan a deambular por las distintas carreras. Otros no, otros siguen estudiando porque después de varios intentos se dan cuenta que el tema no se va a modificar y aún insatisfechos continúan con la elección realizada.
Se hizo un estudio en el año 2004 del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, entre 1000 estudiantes de 1er.año de 22 carreras distintas de universidades nacionales y privadas, y el estudio arrojaba que más del 40% de los chicos no estaba satisfechos con la elección que había realizado. Pero lo notable era que la mitad de ellos no pensaba modificarlo. ¿Por qué no pensaban modificarlo? Porque sentían que les iba a pasar lo mismo si cambiaban de carrera.  Estamos hablando de falta de convicción, de insatisfacción con las elecciones que van realizando.
Hay un tercer grupo de jóvenes que viene a la consulta, que también elige rápidamente lo que le gusta, reconoce lo que le gusta, pero tampoco se puede decidir, o puede tomar esta elección con entusiasmo. Porque sienten que la elección de carrera es más o menos una cárcel. Sienten que van a entrar en la facultad y la facultad les va a sacar la vida. No van a poder estar con los amigos, no van a poder tocar la guitarra, no van a poder jugar al fútbol. Sienten la carrera como una especie de cárcel. Y la padecen. Proyectan sobre la carrera  una situación de asfixia, una situación verdaderamente claustrofóbica.
Otra de las consultas más frecuentes, son jóvenes que están estudiando una carrera, aparentemente les gusta, pero no pueden concentrarse, no pueden estudiar, no pueden organizar un método de estudio mínimamente eficaz. Son muy inquietos, intranquilos, no pueden concentrarse, frente a los exámenes se bloquean o se asustan. O sea, las conductas fóbicas no las tienen frente al compromiso con una carrera sino que es la situación de estudio la que les despierta estas conductas fóbicas y evitativas.
Otro grupo de jóvenes tiene lo que yo llamo una situación de híperexigencia. Sienten que la carrera, la elección de la carrera, es la elección trascendental de su vida. Tienen que saber lo que van a estudiar y la carrera les tiene que garantizar que van a ser exitosos, y no pueden equivocarse porque de eso depende el futuro de sus vidas. Eligen la carrera con tal grado de dramatismo, con tal grado de exigencia, que se carga sobre esa elección una cosa imposible de cumplir. Yo conozco chicos, que me cuentan los padres, que desde los 15 años se están contracturando pensando en su futuro. Y no son pocos, no son pocos los que proyectan sobre la carrera la necesidad de ser totalmente exitosos. Obviamente que esto tiene que ver con el contexto, con los mensajes del contexto, como vamos a ver, pero tiene que ver también con otro proceso, interno, que es uno de los temas que vamos a profundizar en esta conferencia.
Voy a desarrollar tres temas: En primer lugar profundizar en estas nuevas problemáticas vocacionales que estoy describiendo. En segundo lugar, voy a explicar por qué planteo la necesidad de un abordaje vincular-familiar en la orientación vocacional. Y en tercer lugar, voy a desarrollar  una temática desconocida en su magnitud y profundidad, que es “la simetría” en los vínculos familiares. Este tema que es constantemente planteado en el campo educativo ha sido hasta ahora insuficientemente tratado en el campo psicológico. Mi interés es aportar datos y profundizar sobre lo que considero un verdadero cambio de la subjetividad, que ha sido hasta ahora minimizado y que sin embargo al interactuar con el contexto es responsable de los nuevos problemas a nivel vocacional. Y no sólo vocacional, sino también de un conjunto de sintomatologías de origen psicosocial.
Entonces, estaba hablando de las nuevas sintomatologías vocacionales y mencioné: falta de intereses, apatía, desconexión emocional. El primer grupo de chicos que no sabe qué estudiar  están desconectados emocionalmente. El segundo grupo de chicos, a pesar de elegir la carrera, después se sienten insatisfechos y desmotivados. El tercer grupo tiene vivencias fóbicas de encierro, agobio, aburrimiento. El cuarto, conductas fóbicas al estudio. Otro grupo tiene una gran exigencia y temor al fracaso; son estos chicos que se contracturan desde los 15 años. Otro grupo, también muy numeroso, son los jóvenes que frente al inicio de una carrera universitaria arrastra muy fuertes dificultades de aprendizaje  desde la escuela media y desde la escuela primaria, que en muchos casos son negados.
Hay chicos que están tan desconectados de sí mismos que son capaces de intentar a hacer el ciclo básico durante 4 años seguidos fracasando sistemáticamente sin cesar en su objetivo. La mayoría por el contrario, desiste rápidamente, enseguida se desilusiona y se  siente desmotivado. La desconexión emocional es también uno de los temas más importantes en la actualidad, que tampoco es suficientemente reconocido y que afecta muy fuertemente a los jóvenes.
Bueno, vamos a ver por qué surgen estas nuevas problemáticas. En la década del 80, el precursor de la estrategia clínica en la Argentina, que se llamaba Rodolfo Bohoslavsky, decía que estos chicos eran pre-dilemáticos, todavía no habían entrado en el dilema. Entonces directamente los orientadores los derivaban a una consulta psicológica. En este momento, estas problemáticas son absolutamente masivas, no podemos derivarlos a una  consulta psicológica, que por otro lado no tiene porqué garantizar que se resuelva.
Entonces mi planteo dentro de la orientación vocacional es que se deben abordar y prevenir estas nuevas sintomatologías vocacionales desde el proceso mismo de orientación vocacional. El orientador debe poder detectar cuándo están presentes o se pueden  desarrollar realizando  una tarea preventiva para que el joven no se frustre masivamente.
Cuando se puede acceder al trabajo con los padres desde el mismo proceso, es maravillosa la posibilidad de prevención que se produce porque tanto los padres como los jóvenes, están intensamente preocupados por este problema. Los padres frente al proceso vocacional se disponen totalmente a colaborar, y a revisar aquello que sea necesario para poder prevenir futuros fracasos y abandonos. Y los chicos también. Cuando a un chico uno le explica que lo mismo que le pasa con el estudio, es lo mismo que le pasa con la carrera, es lo mismo que le pasa en el vínculo con los padres, y muchas veces lo mismo que le pasa en el  vínculo con su medio social, va reconociendo que esta problemática acompaña muchos otros aspectos de su vida, que su desmotivación es general, que la desconexión es general, que no se trata de un problema particular con la elección de carrera, empieza a ampliar la percepción de este problema y acepta absolutamente la revisión de sus vínculos familiares. Pero hasta ahora a nivel profesional ha sido como tabú pensar que dentro del proceso vocacional se puede intervenir de este modo porque se lo confunde con terapia, y provoca  mucha resistencia. Pero como todos los cambios y todas las situaciones nuevas, requieren de su tiempo y su proceso para poder desarrollarse.
Entonces decía que el orientador se tiene que capacitar para intervenir en los vínculos familiares, desde el momento en que la problemática aparezca. Ya sea porque el chico la transmite o porque surge del mismo proceso de orientación vocacional. Vamos a ver con qué tienen que ver estas nuevas problemáticas. Como verán no se trata de un problema sencillo, como decía Guillermo Volkind.
El proceso de globalización y desarrollo tecnológico introduce múltiples transformaciones en las sociedades contemporáneas. Pero la transformación fundamental, de la cual habla muy claramente Robert Castel, es la que él ha denominado “el fin de la condición salarial”. Yo considero que la modificación estructural más importante que viven las sociedades actuales es ésta. La realidad y la amenaza permanente de exclusión es algo que ronda la cabeza de los adultos y los jóvenes permanentemente. Los introduce en la inseguridad, en la inestabilidad, en la incertidumbre. Y cambia su  sistema de referencia y de valores.
La globalización ha sido introducida  en el mundo a través del modelo neo-liberal, y muy particularmente en los países dependientes, donde uno de los efectos más importantes que ha producido este modelo, es el corrimiento del Estado de su función reguladora. ¿Qué quiere decir esto? Que al correrse el Estado, el conjunto de instituciones que se apoyaban en él, se han debilitado. Particularmente la escuela y la familia que son aquellas sobre las que más recae la falta de contención y la falta de apoyo.
Ahora, mientras las instituciones se debilitan ¿qué es lo que crece? Crece el mercado de consumo, crece el bombardeo de estímulos hacia los jóvenes, crece el poder de los medios de comunicación y del consumo, en su poder estructurante. Así como se debilita la escuela y la familia, los medios de comunicación crecen en su poder de influir sobre los jóvenes, sobre la cabeza de los jóvenes. ¿Y qué es lo que plantea el mercado de consumo? Plantea la cultura de la inmediatez, la cultura de la imagen, la necesidad de éxito, una cultura de narcisismo, individualismo, hedonismo, inmediatismo, que realmente impregna profundamente los proyectos de los jóvenes. Ustedes van a ir viendo que entre lo que ocurre a nivel externo y lo que ocurre a nivel interno en la cabeza de los jóvenes se produce un proceso de sincronicidad. Si bien el contexto externo impregna la subjetividad, no lo hace sin mediatizaciones. Por eso quiero que vayamos despacito. ¿Cómo se da este proceso de interjuego dialéctico, entre el adentro y el afuera?
A nivel educativo, autores tan importantes como Tedesco, plantean la ruptura, la pérdida del contrato de educabilidad entre la familia y  la escuela. Esto significa que las familias no estarían en condiciones de ofrecer las condiciones de educabilidad para que los chicos puedan realizar su proceso de escolaridad. Por otro lado, el camino del estudio como camino válido, está totalmente en cuestión. Porque hoy se sabe que las carreras terciarias y universitarias son una condición sine qua non para acceder al mercado del trabajo, pero por otra parte, no constituyen una garantía de conseguirlo. Entonces todo el sistema se debilita en sus propuestas. Así como se debilitan los títulos en su validez por la hiper cantidad de títulos existentes, también se debilita el proyecto en su conjunto, haciendo que los jóvenes se planteen para qué estudiar si esto no me garantiza ningún acceso al mundo del trabajo.
Entonces tratan de insertarse directamente en el campo laboral. Muchos jóvenes que se insertan directamente en el mundo del trabajo, tienen grandes habilidades- porque así como tienen grandes dificultades también suelen ser sumamente talentosos los chicos, ahora.  Pero no todos los jóvenes que se insertan directamente en el campo laboral van a poder cumplir sus objetivos, porque ahí también hace falta tenacidad, persistencia, capacidad de tolerancia a los obstáculos, capacidad de tolerancia a la frustración. Que no es lo que ocurre habitualmente. Entonces, si bien es una salida, que un joven talentoso en el campo del arte, en el campo de la tecnología, trate de comenzar directamente a trabajar , hay que acompañarlo a ver si realmente puede sostener sus propios objetivos o también adolece de estas  mismas problemáticas de desmotivación y de insatisfacción ante los primeros obstáculos.
Por otra parte el concepto de autoridad se ha deteriorado profundamente. En nuestro país, ha quedado asociada a gobiernos autoritarios, corruptos, violentos. A nivel social, también se ha modificado. La autoridad hoy tiene que ser convalidada por la capacidad, por la credibilidad. Ya no es produce por decreto. La autoridad se construye todos los días en base a la confiabilidad, en base a la capacidad. Y también por el mismo motivo se puede perder o poner rápidamente en cuestión, tanto a nivel social como a nivel familiar. Por eso es mucho más difícil, mucho más compleja la tarea cotidiana de construir nuevos modelos de autoridad tanto para los padres en sus casas, para los educadores en la escuela como a nivel político, social  e institucional.
Todo este macro contexto recae sobre las familias. ¿Qué pasa a nivel familiar? Ustedes saben que las familias han cambiado muchísimo en sus formas de organización. Hoy tenemos familias ensambladas, familias consensuadas, familias monoparentales, familias homoparentales. O sea, que las características de organización de la familia, han variado muchísimo. Pero hay ciertos elementos que las atraviesan a todas ellas. Y es que más allá de las distintas dosis de autoritarismo y violencia que todavía persisten dentro de los vínculos actuales, los roles entre el hombre y la mujer se han flexibilizado absolutamente, el padre se incluye desde el vamos en la crianza de los hijos. Los vínculos son muchísimo más cercanos, afectuosos y demostrativos. Esta es la gran conquista de nuestra época. Se ha perdido el miedo de la educación autoritaria anterior. Pero esto todavía no se ha visto acompañado de la construcción de modelos de autoridad firmes y contenedores. Los vínculos son cercanos y afectuosos pero muchísimo más simétricos e indiferenciados.
Quiero explicarles bien que esto de la simetría, es uno de los nudos que van a atravesar la temática que quiero desarrollar. En principio el gran aporte que quiero hacer es que la simetría se adquiere a nivel inconsciente. Los hijos, desde que son chiquitos, se identifican con una posición de pseudo adultez imaginaria, de autoabastecimiento emocional . Los chicos se identifican con la falta de apoyos internos que tienen los padres respecto a sus propios padres . Lo voy a explicar más claro.
Los padres arrastran por distintas historias, ya sea por secuelas de la inmigración, o por pérdidas tempranas en la familia o por secuelas de autoritarismo, una posición de igual a igual con sus padres, carecen de su apoyo emocional. Los hijos, desde que son chiquitos, por más buen vínculo que establezcan con sus padres, se identifican con lo que los padres son y sienten por dentro y adoptan esta posición de paridad.  Los hijos desde que tienen 2 y 3 años son como pseudo adultos, son como adultos en miniatura. Les dicen a los padres que tienen qué hacer, sienten que su criterio tiene la misma validez que el de sus padres.
Simetría significa “correspondencia exacta en forma, tamaño y posición de las partes de un todo.” Los jóvenes sienten que tienen el  mismo tamaño, la misma posición, la misma forma de sus padres, y al mismo tiempo todavía son parte de un todo. O sea, todavía no se han diferenciado de ellos. Todavía los padres y ellos forman parte de un todo que no ha sido dividido. No existe bien la discriminación yo-no yo. Los jóvenes tienen una confusión en la cabeza, por la cual se sienten tan adultos como los padres, por eso disponen de los padres como si fuesen una pierna, un brazo y del hogar familiar como si fuese propio. Y los padres no entienden esto y se desesperan y se enojan.
Yo planteo que reconocer la simetría como cambio en la subjetividad produce como primer efecto una posibilidad de entenderse mejor, de comprender qué pasa en la cabeza de los jóvenes y por qué se produce tanto sufrimiento, tanta pelea y tanta falta de entendimiento. Los chicos disponen de la casa y los padres se sienten invadidos. Pero el chico dispone de la casa porque todo es de él, el tiempo de su madre es de él, el tiempo de su padre es de él. Por eso no agradecen, porque no poseen una discriminación clara entre ellos y sus padres. Por eso opinan sobre todo, no porque sean unos maleducados, sino porque realmente consideran que es lo que tienen que hacer. Por eso le dicen a los padres lo que tienen qué hacer, cómo tienen que proceder, cómo tienen que hablar, cómo tienen que opinar y los padres no entienden por qué los chicos se ponen en esta posición aparentemente autoritaria. Hablan desde este lugar de “autoridad” porque es lo que sienten desde esta posición interna en la que están ubicados como iguales.
Entonces lo primero que hay que entender es que los chicos tienen esta lente, esta mirada del mundo desde la cual se ubican como absolutamente simétricos, simetría es idéntico. Es como si fuese  una cara que se está mirando en el espejo, pero el espejo es un reflejo, no es una entidad consolidada. Hay un reflejo de adultez, una pseudo adultez imaginaria que  les hace muchísimo daño. Los chicos se sienten autosuficientes, sienten que se autoabastecen emocionalmente. Así como se apoyan materialmente para todo y disponen de los padres para todo, no se pueden apoyar emocionalmente en ellos. No notan, no registran que necesitan ayuda emocional, son absolutamente autosuficientes en este plano. El consejo es casi un insulto para algunos chicos. ¿Por qué es un insulto? Porque si yo siento que estoy en posición de saber, yo soy tan grande como mis padres, yo ya sé, entonces porqué ellos me tienen que explicar? Si yo ya sé, no tengo mucho para aprender. Por eso se desmotivan terriblemente, ya están en el lugar de saber. Y además como están  en un lugar de saber, se hiperexigen que la realidad les demuestre que ya saben, y en cuanto encuentran una  diferencia entre lo que ellos piensan y lo que la realidad les demuestra, se frustran terriblemente. ¿Cómo es que la realidad no me responde exactamente a lo que yo pienso si yo ya tendría que saber?
Por eso en la elección de la carrera se desesperan de esa manera, porque ya tendrían que saber con una certeza total. Esta cosa de totalidad, de falta de flexibilidad, de necesidad de certeza, recorre la cabeza de los jóvenes, los atormenta, les hace muchísimo daño, porque no pueden probar, no se pueden ponerse en posición de aprendizaje.  Los chicos tienen muy debilitada la posición de aprendizaje, aprenden de la vida cosas, aprenden mucho de tecnología, pero la posición de aprendizaje reflexiva sobre sus propias conductas; la posición de aprendizaje que significa mirarse a sí mismo, reflexionar sobre lo que va ocurriendo; reconocer equivocaciones, aceptar sugerencias, pedir ayuda, es dificultosísimo este proceso. O sea, una de los temas  que más se perjudica por la posición de simetría, es la posición de aprendizaje.
Otras de las temas más se deteriora es la motivación hacia el conocimiento, porque yo ya sé. Me comentaba el otro día Raquel San Martín, que es una periodista de La Nación “ahora entiendo, lo que me pasa en la facultad, –ella da clases de comunicación en la carrera de comunicación social en la UBA, – yo le hago un señalamiento a un alumno universitario, de tercer año y se me pone a llorar, se angustia porque le hago un señalamiento, una corrección”. O sea, la corrección es vivida como discapacidad. La corrección es vivida como fracaso.
Cuando el padre le hace una recomendación al hijo, el hijo siente que no sirve, que ya lo está descalificando. Se siente criticado, se siente no reconocido por el padre, se le baja la autoestima y se deprime, los que son padres saben que esto es cotidiano y permanente. Hay como un malentendido básico, La posición  de simetría crea un malentendido básico en la comunicación entre padres e hijos. Y entre padres y educadores. Porque el chico está ubicado en un lugar, el padre y el educador en otro, y no reconocen esta dificultad que tienen, esta lente, esta mirada del mundo. Y se sufre mucho. Sufren los padres porque no entienden la respuesta, y sufren mucho los chicos, porque no entienden por qué los padres no entienden que ellos se ponen tan mal con sus comentarios.
Sigo con las consecuencias de la simetría. Estamos hablando de la hiperexigencia y de la intolerancia a la frustración. Esto es lo más poderoso que les pasa, hay una gravísima intolerancia a la frustración. Hoy hablaba con un chico que, a la tarde, venía a la consulta, me dice “yo quiero estudiar veterinaria, me interesa la veterinaria”. Hace 8 meses que estaba intentando estudiar veterinaria, no logra aprobar  ni un examen…Y cuenta sus anécdotas de qué no puede concentrarse, no encuentra un método de estudio, porque piensa que sabe y se encuentra después que no sabe. Le digo “bueno, vas a necesitar un muy buen acompañamiento para hacer esto”. “No, yo no, por qué tengo que buscar ayuda, porqué no voy a estudiar solo…”. O sea, por qué tengo que tener este problema que tengo. Por qué no me tiene que salir fácil. Por qué no es como lo demás. O sea, la intolerancia a la realidad es una cosa muy fuerte. Porque están ubicados en un lugar donde todo tendría que ser distinto, todo les tendría que salir ya, todo tendrían que saber, no tendría que haber dificultad. Y esto les dificulta terriblemente el proceso de aprendizaje.
Voy a hablar de la desconexión emocional que ya mencioné previamente. El tema es así: ya dijimos que simétrico es  idéntico. Simétrico es idéntico y estoy muy cercano a mis padres, imagínense lo que significa la irrupción  de la adolescencia, la irrupción de la pubertad, de la efervescencia hormonal con  un chico tan cercano a sus padres, con  un  chico tan idéntico a sus padres.
¿Qué pasa en la adolescencia? Aparece la necesidad de diferenciarse, de alejarse de los padres para encontrar la propia identidad y defenderse de los impulsos que los ligan a sus padres, por eso los chicos en esta etapa tienden habitualmente a tomar distancia y desconectarse emocionalmente de sus padres. Pero aquello que debería ser un mecanismo operativo, coyuntural se transforma actualmente en el mecanismo principal de huída ante la falta de límites y posibilidades de discriminación entre padres e hijos.  Los chicos se desconectan porque es el único mecanismo, el mecanismo privilegiado que encuentran para soportar esta cercanía, esa indiscriminación con los padres. Pero aquello que es un mecanismo natural del adolescente, se transforma en un mecanismo permanente en los jóvenes que permanecen instalados en la desconexión.
¿Y qué sucede cuando alguien está desconectado emocionalmente? Nada le interesa ni lo motiva suficientemente. Los chicos se desconectan de los padres para poder sobrevivir a su propia adolescencia en vínculos tan cercanos. Pero a partir de allí quedan desconectados de sí mismos. Y un chico desconectado ¿puede saber lo qué quiere? No, no sabe lo que quiere, no reconoce sus intereses precisamente porque está desconectado. Y qué les pasa con el mundo del afuera. Nada le interesa, ni lo motiva. Si yo estoy desconectado emocionalmente, nada me va a motivar, lógicamente.
Entonces, este tema es uno de los primeros temas que abordamos desde la estrategia vincular. Recuperar el lugar de hijo, recuperar la posibilidad de sentirse conectado con sus padres, es una de las primeras intervenciones que facilitan inmediatamente la posibilidad de reconectarse consigo mismo. En cuanto el padre lo reconoce al hijo como más chico, y el hijo puede sentirse nuevamente conectado con el padre, automáticamente se afloja, se tranquiliza y se empieza a conectar con él mismo.
Entonces, desconexión emocional, desinterés por el mundo externo, apatía, desmotivación, conductas fóbicas frente al compromiso con la carrera y el estudio. La falta de límites entre ellos y sus padres les genera una necesidad de poner distancia. ¿Ustedes saben qué es una fobia? Más o menos tienen idea. Fobia es el miedo a quedar atrapado en una situación sin salida.  Y tiene que ver con el miedo a quedar atrapado sin salida en el vínculo materno, siempre es un desplazamiento del miedo a quedar atrapado sin salida en el vínculo materno, porque la función paterna, la función de separación no se ha cumplido suficientemente.
El fracaso de la función paterna, el debilitamiento de la función paterna acompaña  este tema de la simetría. Y hace que los chicos al no tener el límite incorporado, fabriquen síntomas fóbicos para encontrar una cierta limitación. Digamos, si no me puedo entregar encuentro un límite ahí.  Por eso es que la fobia, es la enfermedad de nuestro tiempo. Por eso los problemas fóbicos frente a los compromisos de pareja, no son solamente frente al compromiso con una carrera sino frente a los compromisos en general, es la enfermedad de nuestro tiempo, la fobia acompaña el debilitamiento de la función paterna de límite y discriminación.
Estas conductas fóbicas son las que impiden que se entreguen después al compromiso de la carrera. Por eso es que cambian de objeto. Porque la fobia despierta la necesidad de cambio de objeto. “Con este sí voy a andar bien, con esta carrera sí voy a andar bien”, y al poco tiempo aparece exactamente el mismo problema. Y también aparece como ya dijimos la fobia frente al estudio por la misma problemática de simetría  y de indiferenciación. Porque no se pueden entregar. Cómo se van a entregar si están tan cercanos, tan simétricos, y no hay ningún tipo de diferenciación.
Por qué ocurre esto. Porque la simetría, yo dije que se transmite inconscientemente, pero después se refuerza conscientemente. Los padres, por un lado no reconocen la problemática de simetría como una problemática. No la conocen, porque no se conoce, porque no ha sido difundida, no ha sido reconocida como problemática psicológica profunda, como cambio de la subjetividad. ¿Qué hacen los padres? Los padres refuerzan a los hijos en este lugar de simetría. ¿Cómo los refuerzan? Poniéndose de igual a igual. Contestando de igual a igual. Los padres se desubican. Se colocan de igual a igual con los hijos. Y un hijo que siente que el padre se sacó como él, es un igual, ya no es una autoridad. Los padres se sacan con los hijos. Y los convalidan en este lugar de iguales. Los padres les dan tremendas explicaciones a los hijos, cuando los hijos no pueden escuchar. No perciben que para poder hablar con un hijo, un hijo tiene que estar escuchando. No arman un contexto para la comunicación. Se mandan. Y entonces el hijo los expulsa, se aburre. Se desconecta. Y el ejercicio de esta función quedó totalmente anulado.
Entonces, el orientador vocacional o el terapeuta vincular, aquel que trabaje con los padres, tiene que darles recursos a los padres para poder ayudarlos a recuperar su posición de padres, su posición de diferenciación. No hace falta volver al  autoritarismo como pretenden algunos discursos. Hace simplemente falta armar un clima de escucha. Yo digo que los padres lo que no deben permitirle a sus hijos  es el maltrato en la comunicación.  Hoy existe mucha permisividad, mucha libertad para que el hijo elija realmente lo que quiere, ha cambiado totalmente, en ese sentido, la posibilidad del hijo de expresarse, de recorrer caminos, de realizar elecciones. Pero lo que no puede permitirle  el padre, para no convalidarlo en un  lugar de simetría, es el maltrato en la comunicación.
Los padres necesitan recursos para poder instalar el lugar de diferenciación, y de  respeto en la comunicación. ¿Qué produce el respeto en la comunicación? Arma una situación de diferenciación yo-no yo. Trabajamos  directamente en el punto que ellos están confundidos. Ellos creen que los padres y ellos son la misma cosa. Cuando uno trabaja sobre el plano de la comunicación, de la diferenciación en la comunicación. Yo digo esto y vos decís lo otro, si me querés hablar decímelo  con tranquilidad porque yo te voy a escuchar; y si no nos podemos escuchar, no hablamos ahora, hablamos más tarde, cuando se pueda, hablamos. Pero no hace falta hablar gritándose o hablar maltratándose. Eliminar el maltrato en la comunicación es uno de los principales ejes de trabajo para mejorar la simetría, para aliviarla, para atenuarla y para ayudarlo  al chico a salir de su confusión e indiscriminación con los padres.
La otra cosa que es muy importante recuperar es la posición de hijo. El hijo tiene que poder descubrir, registrar que es hijo, y el padre tiene que ayudarlo a que este hijo se apoye en él, a ser escuchado. Eso lo vamos a hablar un poquito más adelante porque quiero continuar con las consecuencias de la simetría.
Voy a hablar del deterioro del acceso al pensamiento abstracto. Es otro de los temas  importantes que tienen que ver con lo que les pasa a los jóvenes. Si no hay jerarquía grande/chico ¿puede haber jerarquías en el pensamiento? El acceso al pensamiento abstracto tiene que ver con la construcción  de límites y jerarquías. Si no hay límites y jerarquías falla el proceso de simbolización, falla la posibilidad de acceder al pensamiento abstracto que es necesario después para poder entender las categorías abstractas de los estudios superiores. Ustedes vieron lo que son las fallas masivas en los exámenes a las universidades nacionales, son impresionantes los datos, en una carrera entran 3, 4, 10. ¿Por qué pasa esto? Pasa por esta dificultad tan importante de incorporación de la diferencia  grande-chico. Esta falla en la posibilidad de jerarquización introduce enormes fallas en la simbolización.
Elida de Gueventter, que fue orientadora vocacional del Colegio Nacional de Buenos Aires, hizo un seguimiento de las funciones lógicas de los jóvenes escolarizados en los mejores colegios tanto el Nacional  Buenos Aires, como en los colegios de élite; tomó una población de élite porque es la que consultaba con ella. Ella fue nombrada académica por esta investigación que fue una investigación muy importante. Hizo el seguimiento entre 1971 y 1995, y estudió cómo evolucionaron las funciones lógicas. En 1971, el 71% de los chicos alcanzaban el nivel esperable en el pensamiento abstracto, en 1995 el 17,8%. Solamente 17,8 de los jóvenes alcanzaba el nivel de pensamiento abstracto esperable y estamos en 2007. Si se hiciera esta investigación en este momento sería escalofriante. Por eso, por más propaganda que le haga Filmus a las carreras tecnológicas, a las ingenierías, no va a lograr su objetivo porque falla el pensamiento lógico, fallan las funciones abstractas.
Por ese motivo es que los jóvenes eligen hoy carreras que tienen que ver con el pensamiento concreto. Y está bien que lo hagan porque se van a sentir  más cómodos en eso, porque es una de las salidas posibles para situación. ¿Qué eligen? Eligen turismo, todo lo que tenga que ver con el  diseño, carreras que tengan que ver con los medios de comunicación, gastronomía, carreras que no tienen que poner en juego el pensamiento lógico abstracto. El acceso al pensamiento lógico verbal también disminuyó mucho, pero no tanto como el pensamiento abstracto. Elida de Gueventter  hablaba de la población más selecta, de élite de Capital Federal. Ustedes se imaginan lo que deben ser estos datos en el interior, no me quiero ni imaginar.
Se ha transformado mucho la cabeza de los jóvenes, este es un proceso que viene arrastrándose  hace bastante tiempo. Y todavía no se ha tomado conciencia de hasta qué punto esto afecta todo el proceso de escolaridad, primaria, secundaria y universitaria. Los chicos en posición de simetría se bloquean  frente al proceso de aprendizaje en la escuela primaria. Porque también se exigen saber. Si uno se exige saber y no aprende de inmediato  se bloquea. Enseguida lo que ocurre es que “no puedo”, porque el bloqueo es “no puedo” y no se insiste, como no se tiene actitud de aprendizaje, ya está, ya no sé, ya no puedo, ya no sirvo.
Bueno, temor e inseguridad ante el mundo externo. Obviamente que si yo estoy adentro de la casa en la posición de grande y salgo al mundo externo, me atemorizo terriblemente. Grandes en la casa, chicos en el afuera. Porque pueden ir con mucha prepotencia, pero enseguida se dan cuenta que no pueden, se asustan, se atemorizan, y  vuelven a la casa con un gran sentimiento de inseguridad, porque están preparados para otra cosa. Se encuentran con que la realidad los frustra pero no aprenden de esa frustración, sólo quedan apáticos y desvalorizados. Este chico seguía insistiendo que el problema es que la carrera de veterinaria debería estar en 9 de Julio, en su provincia, cómo no estaba ahí, estaba muy molesto, porque las cosas no le salían como el quería.
Voy a hablar de las dos últimas consecuencias de la simetría. Uno es la mimetización con las historias de  los padres. Como simétrico es idéntico, los hijos quedan pegados a las historias de los padres, y cargan con historias que no son suyas. ¿Por qué? Porque al estar tan cercanos simplemente se quedan confundidos, mimetizados con las historias de sus padres y las viven como propias. Muchas veces hablan con los padres como si estuviesen en  presencia de los abuelos viviendo sentimientos que no les pertenecen.
En el plano vocacional, yo siempre cuento uno de los ejemplos que está en mi libro porque me resultó muy conmovedor. Siempre le pido a los chicos que me hagan dibujos, que me hagan varios dibujos, entre ellos el dibujo del árbol que es uno de los más representativos, porque es el que revela la percepción más inconciente que tiene la persona de sí misma.  El tema es así: un chico que me consulta por internet para hacer un proceso vocacional, me trae los dibujos que yo le pido a la primer entrevista  -y por suerte vino con sus padres, porque yo aliento esto, si puedan venir con los padres, mejor, porque me entero inmediatamente de cómo es la problemática y se puede intervenir casi desde la primera entrevista-.
Entonces, me dibuja un árbol precioso porque el chico dibujaba maravillosamente bien, pero la copa del árbol está totalmente truncada. La copa truncada significa que una persona siente que no tiene posibilidades de desarrollarse intelectualmente -la copa es la cabeza- que tiene su posibilidad de desarrollo intelectual cortado. Yo me pregunto ¿cómo un chico de 18 años va a sentir que tiene su posibilidad de desarrollo intelectual truncado? De qué estamos hablando, quién en la familia sintió que su desarrollo intelectual estaba coartado. Y sí, la madre, entonces, automáticamente me cuenta: “claro, esto es lo que me pasó a mí, yo me tuve que mover de mi provincia a Bragado, acompañé a mi marido en el proceso de un cambio de trabajo, tenía que mudarme”. Era bióloga, tuvo que dejar su carrera, tuvo… son elecciones que se hacen.  Pero ella siente que al haberse mudado su desarrollo intelectual fue truncado. Este chico consulta, fíjense  qué interesante, consulta porque su hermano que estudiaba biotecnología, estaba con una beca haciendo un posgrado en Alemania, le dice a los padres que se siente mal con la carrera, que se siente  insatisfecho y que en realidad quiere estudiar física, pero  en realidad lo que más le gustaría sería tocar la guitarra. Pero no tocar la guitarra a nivel profesional,  tocar la guitarra.
Entonces, este chico me consulta porque al ver el proceso de su hermano mayor y ver lo que estaba pasando, muy lúcidamente se aterró, y dijo, aquí pasa algo raro tengo que averiguar y tratar de que esto no me pase a mí y pidió ayuda. Y gracias a que pidió ayuda se pudo enterar de que el problema era de la mamá, que la insatisfacción era la de la mamá  y obviamente lo que hicimos allí es ayudarlo a recuperar su lugar de hijo, para que se pudiera  apoyar nuevamente en sus padres y salir de este proceso de mimetización total con historias que no le correspondían.
Yo les voy a dar un ejemplo más. ¿Qué edades calculan ustedes que tienen los árboles de los chicos que consultan en orientación vocacional? O sea, yo les pido que le pongan al árbol una edad, primero hacen el dibujo y después uno le pregunta qué edad tiene el árbol. La edad del árbol es la edad que inconscientemente siente el  chico que tiene por dentro. ¿Qué edad creen que tienen los árboles de los chicos de 17, 18 años?  A veces es la edad de los padres, y a veces la de los abuelos. O sea que los árboles de los jóvenes tienen entre 40 y 50 años o si no , 80, 90, 100 años. Es muy frecuente que aparezca la mimetización entre el nieto y el abuelo. Se saltea una  generación, es un tema muy interesante, se ven copias, textuales, entre los nietos y los abuelos.
Otro de los ejemplos que a mí más me ha impactado es un árbol, un arbolito, muy cargado de peso, muy débil, todo lleno de ramas, la curvatura del arbolito, se puede calcular la edad que tiene esa curvatura, esa herida. La edad de la curvatura del arbolito es exactamente la edad en que su papá había perdido a su papá. O sea, esta chica estaba totalmente identificada con la pérdida que su padre había tenido de su propio padre. O sea, la identificación con las historias de los padres es masiva, porque adentro están ubicados absolutamente de igual a igual. Entonces en cuanto se recupera el lugar de hijo se sale de esta masiva carga que los agobia.
Otro elemento absolutamente cotidiano es  la cantidad de chicos que están medicados ahora. ¿Por qué un chico se medica? Porque carga con lo que pasa a nivel emocional en los padres. Un chico medicado por depresión ¿por qué un chico se tiene que deprimir? Solamente porque absorbe la depresión de los padres. Esto tiene que ver con la última de las consecuencias, el contagio emocional. No solamente se contagian historias, se contagian emociones, sentimientos, situaciones cotidianas.  Los chicos se cargan con los padres, con  sus estados emocionales; van a la escuela se contagian del compañerito, se contagian de los medios de comunicación, se contagian de los videojuegos, y se da una situación de potenciación entre las diferentes cargas emocionales que se convierten en estallidos de violencia en las escuelas. A veces me pregunto cómo es que todavía no son más cotidianos. Esto habla de que a pesar de todo la escuela sigue siendo en gran medida un lugar de contención.
El proceso de contagio emocional de los chicos es muy masivo porque al no disponer de los padres como  barreras protectoras , al no tener el apoyo emocional en sus padres, son esponjas para cualquier tipo de contagio emocional. El tema del contagio emocional es otro de los fenómenos psicológicos absolutamente desestimados y es tan cotidiano como el agua. O sea, las personas se contagian mucho más en esta época que antes, y los chicos sobre todo.
En Gran Bretaña  hay 1.100.000 chicos medicados. Medicados por depresión, intento de suicidio, hiperactividad, autoritarismo y violencia. Otro estudio que salió publicado en La Nación hace medio año, decía que los púberes ingleses, por más que parecen y se visten como adolescentes, tendrían un retraso madurativo de 2 y 3 años. O sea, los chicos de 11, 12 años en realidad, son como chicos de 8, 9 años. O sea que este tema no es de la Argentina, es  un tema global, mundial. Cada sociedad con sus características  alimenta más o menos el tema de la simetría, porque no todas las sociedades son iguales, pero el problema, es un problema global. Como la globalización es un problema global.
Bueno, es impresionante ¿no es cierto? Yo no me canso de impresionarme, y eso que estoy en el tema todo el día. Qué es lo que se puede hacer desde el modelo vincular en orientación vocacional. Yo hago el planteo en orientación vocacional porque es a lo que más me he dedicado. Pero este es un tema que atraviesa todos los niveles de la escolaridad y habría que intervenir en todos ellos .
Lo primero que hay que hacer es empezar a reconocer la simetría como problema, como mirada del mundo que dificulta terriblemente la actitud, posición y posibilidades de aprendizaje de los jóvenes. No solamente el aprendizaje sistemático sino el aprendizaje de la vida cotidiana. Lo segundo es trabajar con padres e hijos para salir de la posición simétrica, darles recursos para salir de ese lugar. Y para eso, lo primero es enseñarles a recuperar el lugar de hijo. Como decía antes, cuando el hijo se reconecta emocionalmente  con los padres aunque sea a partir de un abrazo, se reconecta emocionalmente consigo mismo como para poder percibir sus propios intereses vocacionales.
A veces basta, un abrazo entre padre e hijo para que el hijo inmediatamente pueda percibirse a sí mismo de otra manera. Hay procesos de reconexión y salida de la simetría que son más dfíciles sobre todo en el caso de jóvenes autoritarios donde hay que trabajar mucho con los padres, pero en otros casos bastan  unas pocas entrevistas para desencadenar  un proceso de cambio en el vínculo .
Les cuento un ejemplo que me resultó muy satisfactorio. Hacemos la última  entrevista de  devolución, el  chico  pertenecía al segundo grupo de jóvenes que mencioné al comienzo de la charla. Había elegido muy rápidamente la carrera, pero no se terminaba de motivar, no se terminaba de entusiasmar, entonces, vienen los padres a la consulta de la última reunión y el papá me dice “pero por qué está mal que mi hijo enfrente a las autoridades, por qué está mal que mi hijo cuestione la autoridades y se defienda”. Entonces le expliqué que no es que se defiende, se pone de igual a igual, le expliqué qué es la simetría, y porqué lo perjudicaba terriblemente en su motivación  y en su disposición al aprendizaje. Y ahí el padre empieza a asociar: “ah, por eso es que no me escucha cuando le hablo, por eso es tan difícil que yo le pueda explicar algo, por eso es que no me da ni cinco de bolilla”. Y ahí empieza a sintonizar que este chico tenía ese problema, y en cuanto el padre lo vio al chico más chico, ahí se produjo una operación mágica. El chico se tranquilizó, se conectó, y no solamente pudo elegir su carrera, sino que tuvo su primera novia. Se produjo toda una habilitación para salir al mundo externo. Este chico además se había identificado masivamente con toda una historia de falta de apoyos materno y paterno que había internalizado de su madre. El collage de este chico, que está en el libro, es muy impresionante porque es un collage donde no hay apoyos. En el lugar del apoyo materno, había un agujero. Y en lugar del apoyo paterno, otro agujero. Dos cuadrados vacíos de ambos lados, en los lugares que simbolizan el apoyo de la madre y el padre. Y este chico tenía sin embargo todo el padre y toda la madre del mundo. Padres pendientes, conectados, ocupados, padres que no son en absoluto abandónicos.
Yo no estoy de acuerdo con la teoría tan instalada socialmente que los padres son abandónicos. No por lo menos, los que yo veo, los que me consultan. Son padres interesados en sus hijos, preocupados por sus hijos, que los quieren pero no saben qué hacer. Esto es lo que yo veo. Que no tienen recursos, que no saben cómo acceder ni qué hacer. Yo a los padres, los percibo cariñosos, interesados y  con ganas de cambiar cosas. Pero realmente  son muy pocos los recursos que desde el afuera se le ofrecen, operativos, auténticos y útiles para salir de esta situación.
Entonces, recuperar el  lugar de hijo, enseñarle a los padres a comunicarse de otra manera, enseñar a verlos más frágiles, enseñar a verlos más chiquitos, que por más que parezca que saben todo no lo saben, necesitan muchísimo, muchísimo de la mirada del padre, contenedora. Y para eso los jóvenes también se tienen que disponer a hacer cambios.
A veces trabajamos con los padres e hijos cuando están juntos. Y a veces a partir del hijo también se pueden lograr cosas fantásticas. Muchas veces es el chico el que inicia el proceso de cambio, para eso el chico tiene que aprender a pedir, tiene que aprender a expresarse emocionalmente, a salir de la discusión  de igual a igual en el plano de las ideas.
La gran herramienta para trabajar esta temática es el aprendizaje de la comunicación. Para comunicarse, hay que aprender a expresarse emocionalmente, hay que aprender a decir lo que uno siente. Si discutimos por el plano de las ideas somos todos iguales, yo tengo mi idea, vos tenés tu idea, nunca nos vamos a poner de acuerdo. Pero si el padre puede decir:  mirá yo siento que no estamos pudiendo entendernos, o el hijo puede decir “siento papá que no me escuchás”, o “me siento mal con lo que me estás diciendo”, cambia totalmente la comunicación. Esta cosa tan sencilla de introducir las emociones en el plano de la comunicación, cambia totalmente el vínculo. Estas son las cosas que tienen que aprender los chicos, a insistir en el plano de la comunicación. Y no insistir en la pelea por las ideas sino primero crear ese ambiente de escucha,  tanto por parte del chico como por parte del padre. Bueno, enseñar a comunicarse, incluyendo las emociones, y excluyendo el maltrato en la comunicación.
El otro plano, el plano más profundo de acceso de la orientación vocacional vincular-familiar, es el plano donde los ayudamos a los padres a recuperar su propia posición de hijo. Muchos padres no pueden sostener su lugar de autoridad. No lo pueden sostener porque carecen del apoyo emocional de sus propios padres, esto es lo que yo mencioné al principio de la conferencia. Entonces, un padre que no tiene apoyo emocional en sus propios padres, es un padre debilitado a la hora de poner límites. Es un padre que depende excesivamente de la respuesta emocional del hijo. Muchísimos padres que vienen a la consulta, se disponen a hacer los cambios necesarios para ayudar a sus hijos a salir de la desmotivación y la apatía y esto incluye la reconexión emocional con sus propios padres estén vivos o no.  Recuperar ese lugar de hijo con los padres, automáticamente libera al hijo de la presión, y la carga que significa un padre dependiente de la respuesta afectiva de sus hijos. Porque si uno no se apoya en los padres, naturalmente va a tender a apoyarse emocionalmente en los propios hijos.
¿Y qué sienten  los hijos, que tienen que hacer su proceso de diferenciación y de separación adolescente con un padre que se ofrece excesivamente, que lo abruma, que depende emocionalmente de él?  Siente una carga total, y va a tratar de huir lo más rápidamente que pueda. Yo he tenido chicos en la consulta que venían con  tal  peso en la espalda, que parecían siempre cansados, abrumados. ¿Qué le pasaba a uno de estos chicos? El padre que era un tipo muy capaz, muy amoroso, muy demostrativo, tenía cortadísimo el vínculo de hijo con sus padres, especialmente con su madre. Entonces este chico cargaba con todo el peso de las carencias afectivas de su padre y  sentía una verdadera abrumación frente la elección de la carrera, así como sentía que su padre lo abrumaba con sus demandas.
Uno proyecta sobre la carrera, exactamente el vínculo que tiene, especialmente con el padre. El vínculo que tiene con el padre, si es un vínculo de confrontación,  si es un vínculo de distancia, lo va a proyectar al ámbito de la carrera. Este chico se sentía totalmente abrumado, en cuanto el padre daba pasos hacia la recuperación de su posición de hijo con sus padres, automáticamente el chico se aliviaba en su proceso de elección de la carrera, en forma directamente proporcional.
Entonces, el  tercer nivel más profundo de acceso del  abordaje vincular- familiar en orientación vocacional es ayudar a los padres a recuperar su propio lugar de hijos. Obviamente este un nivel de acceso que parece muy complejo pero no necesariamente lo es. A veces, se trata de abrir una puerta, que simplemente está desconectada. La reconexión de los padres con sus propios padres, automáticamente libera a los hijos de esa tarea de sostén emocional de los padres. Y a los padres los carga con una seguridad, y con una  fortaleza que antes no tenían, para poder poner límites, para poder esperar que el chico procese la respuesta que él le dio, para poder armar una distancia.
Bueno, así que por ahora, los escucho.
Participante: ¿Cómo hace un padre para ser hijo de padres de quienes también se tiene que ocupar?
CM: Hace las dos cosas. Se ocupa como hijo adulto de los padres, y también sigue siendo hijo. La función de hijo no se debe perder nunca. Toda la vida uno necesita el amor de los padres. Toda la vida uno necesita una mirada cariñosa y protectora de los padres. Aunque uno se tenga que ocupar y sostenerlos de mil y  una manera. Esto se llama flexibilidad. Cuando el vínculo es unidireccional, estamos hablando de esas personas que son muy dadoras, muy sostenedoras de los padres, terriblemente solidarias, pero no pueden recibir. Hay que desarrollar también la función receptiva, no solamente la función dadora. Porque si no uno se rigidiza. La persona que sólo da y no recibe, queda con una terrible exigencia sobre sus espaldas.
Participante: ¿Hay investigación sobre los efectos de la simetría en la relación docentes-alumnos?
CM: Estoy trabajando en este tema desde 1992. Hasta ahora hice dos investigaciones una entre 158 jóvenes que consultan por orientación y fueron tratados con el abordaje vincular-familiar. Y otra con 148 jóvenes y 84 familias que consultaron por distintas sintomatologías psicosociales. Mi intención es poder acceder al campo educativo, pero hay que armar investigaciones, hay que tener  fondos, es un proceso lento  pero mi intención absoluta es llegar al plano educativo, porque creo que es la clave donde se deteriora todo lo que viene después. Lamentablemente todavía no lo pude hacer, es mi intención, acepto todo tipo de colaboración.
Participante: Qué implica la desconexión emocional¿no será un miedo patológico a decidir o a elegir?

CM: La desconexión emocional, es un estado donde ya no sentís nada, especialmente con tus padres, estás en otro lugar. El vínculo con los padres pasa a ser un vínculo apático y desafectivizado, o solamente afectivizado a partir de la pelea porque el chico se desconecta para diferenciarse y apartarse  y encontrar que su identidad queda a salvo de la amenaza de los propios impulsos de la adolescencia. En la infancia los hijos sienten una gran atracción  por sus padres, (las nenas quieren casarse con los papás y los varones con las mamás, -siempre y cuando no se realicen desde ese momento elecciones homosexuales-), que luego se reprimen en la latencia y reaparecen en la adolescencia con toda la efervescencia puberal, frente a lo cual es necesario tomar distancia para no sentirse amenazado por esos impulsos. Y si tus padres están cercanos, pegados, te tratan como iguales, vos sentís que sos idéntico a ellos por lo tanto no hay una gran diferenciación, por lo tanto el inconsciente se aterra de esa cercanía y ¿qué hace? Se deconecta, no siento nada, es una defensa del aparato psíquico frente al peligro de indiscriminación.
La desconexión emocional es un estado de los jóvenes, pero también hay cantidad de adultos que han quedado desconectados emocionalmente de sus padres, y lo transmiten como modelo a sus hijos. Entonces el adolescente desarrolla su propia desconexión emocional y a esto hay que agregarle la desconexión emocional que internalizan a partir de la identificación con sus padres. Recordemos que los hijos se identifican con lo verdaderamente sentimos por dentro respecto a nuestros propios vínculos y no en lo que intentamos enseñarles a ellos .
Participante: La desconexión emocional no es un mecanismo normal en la adolescencia?
CM: Sí, pero ahora se instala como mecanismo permanente. Eso que tendría que ser un recurso operativo: me desconecto y me conecto, entro y salgo se instala como mecanismo permanente, porque como no cambia la relación, no cambia el vínculo, sigue siendo simétrico, cercano e indiscriminado, el joven queda desconectado. Y esto se puede prolongar indefinidamente. Doltó hablaba en Francia de  los vínculos como absolutamente distantes, indiferentes. “El gran problema es que se cohabita, pero no se convive”. El  problema de los vínculos familiares actuales es que ya nos son tan conflictivos pero son terriblemente desafectivizados. Y esto sólo se interrumpe muchas veces a partir de la pelea. La pelea es un gran medio para encontrar una cierta diferenciación. A través de la pelea yo soy yo. Este es un momento de diferenciación, al cual apelan los chicos como gran recurso para encontrar un tipo de distancia, pero es  muy desgastante y frustrante. Salieron en Clarín varios artículos de chicas que se van de la casa, que abandonan el hogar. Estas chicas se ofenden con los padres, porque no les aceptan alguna pareja. Se ofenden mortalmente y se van, donde se puede ver hasta que extremo de conducta impulsiva se llega ahora tan fácilmente.
Participante: La pregunta es qué herramientas pueden tener los padres para revertir un proceso de desconexión emocional en los hijos.
CM: Tienen que aprender a comunicarse, y probablemente tengan que hacer algún tipo de consulta. Pero una de las cosas que pueden hacer los padres es decirles a los hijos lo que sienten frente a su desconexión. Expresarse ellos emocionalmente. O sea, en vez de retarlos o de exigirlos, sería muy bueno transmitirle lo que vos sentís hoy, o lo que siente aquella persona que tiene este problema, frente a esa situación, conmoverlos, buscar que el hijo se conmueva frente a la falta de respuesta emocional.
Participante: sí, es muy importante el estudio del área educativa, porque acá nos estamos refiriendo al estudio que hizo la doctora con respecto al tema del vínculo, padres. Pero también tenemos que ver instituciones, escuela, y maestros agotados,  ¿qué podemos hacer también en la parte educativa e institucional?
C  M:  Yo creo que el plano educativo habría muchísimo trabajo para hacer, me encantaría poder acceder a trabajar en ese ámbito, porque solamente con que se conozca el tema de la simetría en profundidad le daría a los maestros una herramienta para entender lo que está pasando y para transmitir a los padres. Si se pudiese trabajar en el ámbito educativo con padres y educadores sobre este tema, creo que avanzaríamos muchísimo.
Participante: Estamos hablando de la problemática de los chicos, ¿pero esto no está más generado desde el adulto que perdió su autoridad y que además, por  los cambios de la época trata de mantener la juventud eterna y seguir siendo adolescente y no se diferencia?
CM: Yo trabajo con los padres y con los hijos permanentemente, y si bien existe la competencia con los hijos por el lugar de jóvenes, cuando tienen hijos en edad de elegir carreras, se interesan mucho por ver qué pueden hacer por ellos, aunque sean simétricos y competitivos, existe mucho interés en  los padres por ayudar a sus hijos, a pesar de los aspectos de adolescentización.
Participante: lo digo en el sentido de que es en general y no de los padres con el hijo.
CM: la posición de simetría está hiperestimulada por el mercado de consumo, para el que es muy positivo que desde pequeños los chicos sean grandes consumidores con poder decisión. El problema es que no se advierte el costo que esto implica en términos de enfermedad, depresión , desconexión y contagio emocional.  Por ejemplo las barbaridades que están haciendo los chicos todos los días, por este doble efecto de desconexión de sí mismos y contagio de cualquier estímulo del afuera que les sirve de disparador para un acto absolutamente desconectado. Los mismos chicos que habían roto los bancos y se habían filmado y cargado en You Tube decían que… no se habían dado cuenta de lo que habían hecho. Para no hablar de los casos más extremos como el  chico identificado con el abuelo que le enseñaba a limpiar las armas, frente a un compañero que lo burla, va y lo mata, obviamente sin un grado de conciencia y conexión con lo que está realizando.
Participante: la gran duda que tengo siempre, es el tema de la inserción laboral, los adolescentes cuando empiezan en un mercado laboral que necesita mano de obra barata y requieren por otro lado que sepan todo de entrada. No les dan tiempo a aprender. Te doy un ejemplo de mi profesión, periodismo, vienen los pasantes a la redacción, atemorizados, sin experiencia, ¿qué hacen en las redacciones? y yo lo hago también, porque yo soy parte de ese sistema. Los mandamos a cubrir notas y les damos responsabilidades y tareas que antes las hacía un periodista con 10 años de experiencia. Yo por ejemplo cuando empecé, me tuvieron mucha paciencia, no me utilizaban como mano de obra, me enseñaban  de a poco en la redacción. Entonces el pasante llega, lo mandan a cubrir una nota, y se acerca a un periodista de experiencia y le dice “quién es ese”, y el periodista le dice “cómo, no lo sabes, es fulano y vos sos periodista”. Entonces como hay una oferta de mano de obra gigantesca pasan la red y entonces queda uno, que fue más  hábil y el resto piensa que no sirve para nada, termina no ejerciendo esa profesión porque no le dan tiempo para aprender. Entonces yo lo que  pregunto es lo siguiente, nosotros que manejamos de alguna manera el mercado laboral y que somos padres también, ¿no estamos trasladando esto a nuestros hijos? Esta presión, tenés que tener  éxito y aprender rápido y rendir rápido.
CM: la presión externa existe y es indudable, y esto de la necesidad de éxito es por un lado un slogan de mercado y por otro lado es el mercado que expulsa y obliga a ser exitoso porque si no quedamos fuera. Pero el problema es que los chicos agarran este mandato del mercado de una manera totalmente puntual, de una manera totalmente masiva y se compran el discurso de ser exitosos yá. Yo encuentro chicos que eligen la carrera y que tienen que ser exitosos desde la misma idea de la elección, estamos hablando de una combinación entre lo que puede ser la presión externa y lo que ocurre en la cabeza de los jóvenes.  Sobre los discursos del mercado se ha hablado mucho, de la adolescentización, de la presión, que ocurre y es real. Pero vos imaginate lo que es la presión externa hacia el éxito combinada con lo que pasa en la cabeza de un chico. Esto es lo que quiero aportar de nuevo. El chico se siente obligado a poder yá y no puede hacer ningún proceso, no puede pensar que le dieron un trabajo excesivo, piensa como vos decis, que no sirve y cuelga los botines, abandona inmediatamente sus proyectos.
Benjamín Zarankin: y además sobre esto sí se puede trabajar.
CM: les voy a presentar, él es Benjamín Zarankin,  mi marido, que también es terapeuta vincular, Co-Director de la Organización Vincular y trabajamos juntos desde hace muchos  años. Eso es lo que digo, sobre el mercado es muy difícil actuar, sobre la globalización, sobre la presión del consumo es muy difícil actuar, pero sí podemos actuar con los hijos y los padres, ahí es donde tenemos acceso.
Participante: La pregunta es si en las familias monoparentales se ve agravado esto.
CM: en las familias monoparentales todo se agrava.  Yo atiendo mujeres que están a cargo de sus hogares y es realmente muy duro estar solas a cargo de los hijos. Algunas es como si esperaran inconscientemente que el chico crezca para acompañarlas. Por un lado se lo piensa a veces como un tema de moda, sin embargo es un problema muy serio, donde las madres solas la pasan bastante mal. Podría ser que  la hiper estrella de Hollywood, que tiene todo un séquito de gente que la acompaña la pase muy bien y lo vivan como una experiencia gratificante, veremos igualmente las consecuencias en sus hijos. Las mujeres de carne y hueso que tienen esta situación, la verdad es que la pasan mal y todas las problemáticas psicosociales se ven acentuadas, los celos, la falta de límites, la simetría, etc.
Participante: Me da la sensación que también los medios de comunicación, la televisión e internet, se han superpuesto sobre la tarea educativa de los padres. Entonces, el hecho de colocar algunos límites provoca  rechazo y es difícil la competencia con esos medios. Porque así como es muy dificultoso llevar adelante una profesión y el estudio, como vos decías, es mucho más sencillo y mucho más fácil, el desarrollo intelectual, entre paréntesis, o entre comillas, que podés generar en un circuito de chateo, por ejemplo, en donde ellos generan una interrelación donde la familia deja de estar. Porque la amistad virtual que se genera no es una amistad afectuosa, física sino abstracta.
CM: En el esquema que  desarrollé cuando hablé de la interacción de factores que intervenían en la producción de estas nuevas sintomatologías justamente yo planteaba que el mercado de consumo crece en su función estructurante, incluídos los medios de comunicación . La experiencia que nosotros tenemos, es que cuando un chico recupera la conexión emocional con sus padres, algo de todo esto cambia. Porque el chateo, los medios de comunicación  también son un refugio para la desconexión emocional. Ahora, cuando el padre puede acceder a reconectarse con el hijo, se restablece el proceso de comunicación, se restablece el proceso de diferenciación, hay otro punto de apoyo para luchar con esto. Siguen estando, pero no va a ser tan grande la tentación de refugiarse, de desconectarse. Los padres tienen que luchar para que los chicos no se desconecten todos el día  de ellos, tienen que recuperar su lugar, es una lucha constante que los padres tienen que asumir. Obviamente que las nuevas tecnologías son herramientas absolutamente  necesarias, pero no se puede dejar que los chicos queden a merced de su desconexión y que los medios de comunicación  sean los únicos que estructuren su cabeza.
Los  límites se aprenden a poner a través de un proceso donde es muy importante la articulación de la función de ambos padres. No es lo mismo que el padre se mande solo, que cuando son dos los que pueden intervenir en equipo. El límite fracasa cuando el hijo percibe que uno de los padres queda afuera de la situación. Cuando el hijo percibe que de verdad los padres están juntos en la puesta de límite, y se dan lugar mutuamente en el plano de la comunicación acepta con mucha facilidad los límites porque percibe la consistencia de ambos. Los chicos están interesados en comunicarse, si no lo hacen es porque no pueden acceder, o porque están tan desconectados, y hace rato que perdieron la esperanza. Pero el chico que la posibilidad de volver a conectarse con sus padres, lo va a hacer, sobre todo si está en juego algo tan importante como sus estudios.
Uno de los problemas que yo veo por parte de los padres es que les cuesta mucho dar lugar a las madres frente a los hijos. El padre se manda solo. Lo que veo como constante en muchas familias es que se quiere reparar el viejo esquema autoritario patriarcal donde los hijos no accedían  el padre. Entonces cuál es la historia actual, el padre tiene que acceder a los hijos directamente sin que las madres intervengan y esto en general resulta un desastre,  porque los padres no tienen la sutileza para percibir cuando los hijos los descalifican o internamente se desconectaron y ya no escuchan . Si la madre no interviene en estos diálogos, los chicos lo que hacen es expulsar al padre enseguida, se desconectan inmediatamente y todo ese intento de puesta de límites fracasa. Los padres, en general tienen una tendencia a los grandes discursos, no dan lugar al un intercambio más fluído. Entonces uno de los grandes aprendizajes es que el papá le pida ayuda a la mamá para acceder a los hijos, que no se mande sólo. Y la mamá también intervenga en estos casos o viceversa . Si por ejemplo, la que tiene más dificultad con el chico es la madre, que le de lugar al padre para intervenir, aprender a intervenir en equipo. Si bien es un arte, se puede aprender, es simplemente meterse en la cabeza que uno solo no puede con su hijo, darle realmente el lugar al otro. Esa operación sencilla de reconocer que uno solo no puede, es una operación mágica.
Los chicos no dan bolilla cuando sienten que son discursos, que es aburrido, que no se sienten interpretados, que no hay una verdadera sintonía con lo que están hablando, si no  escuchan. Cuando es un mensaje conectado, cuando hay una intención de verdadera conexión, y ven a los padres interesados en cambiar cosas, porque están preocupados porque el pibe está todo el día con la computadora y con el chat, y está totalmente desconectado y se empieza a volar de la escuela y en general, es un conjunto de situaciones que va generando un clima de preocupación de la cual el chico también es partícipe. Cuando uno llega a poner un límite es porque todos están un poco preocupados, el pibe podrá hacerse el que no le interesa, pero él también sabe que algo no anda bien. A los chicos les pasan cosas y están tan interesados en modificarlas como los padres, pero no encuentran muchas veces la puerta. Están incómodos, no la pasan bien desconectados, sufren, pero no saben cómo salir de esta situación. Entonces es uno el que tiene que abrirles las puertas para poder acceder a un plano de conexión.
BZ: me hiciste acordar algo que estudió mucho Anna Freud, ella en la segunda guerra mundial separaban a los chicos de sus padres para protegerlos de los bombardeos. Cuando los chicos se reencontraban con los padres, los que tenían peor pronóstico era los que no se enojaban, los indiferentes. Entonces es probable que uno encuentre en el primer momento la indiferencia. Si uno se aguanta el momento de enojo, después va a venir una segunda conversación.
CM: Yo lo que veo es eso, veo mucho interés en cambiar cuando uno sintoniza en aquella preocupación que también es del joven. Pero hay muchos mitos, mucho miedo, mucho temor a lo tecnológico, mucha sensación de que uno no va a poder.
Participante: Hay un tema que creo que no se tocó y es que se ha perdido la cultura del esfuerzo. Cuando era chico era muy común escuchar la fábula de la hormiga y la cigarra. Donde ahora todos son cigarras y tenemos que ser más hormigas que cigarras. Los chicos nos ven a nosotros en esa posición y qué posición van a adoptar
CM: Lamentablemente, de la capacidad para esforzarse mucho no disponen. La capacidad para esforzarse tiene que ver con una posición activa con una capacidad de insistencia. El chico que se desconectó de sus padres perdió la ilusión en su posibilidad  de insistencia. Muchos chicos no saben hacer esfuerzos, porque en algún momento tiraron la esponja. Tiraron la esponja en el intento de comunicarse con sus padres. Ya sea porque se dio algún  malentendido de la adolescencia,  ahí quedaron como tildados, como desconectados, después no pueden hacer esfuerzos. La capacidad para  esforzarse tiene que ver con la capacidad para insistir en la comunicación. En nuestra época tenía que ver con otras cosas porque veníamos ya formados por la ética del esfuerzo y la ética del deber. En esta época para que un chico recupere su capacidad de energía y su capacidad de insistencia  tiene que aprender a insistir nuevamente en la comunicación. Esta es la llave para que alguien que esté muy desmotivado y desconectado pueda volver a luchar, para confiar en sí mismos. Porque aquel que dio por perdida la comunicación con sus padres, se siente con una muy baja autoestima, siente que no puede, se siente fracasado.
Cuando se recupera  la posibilidad de llegar al otro y uno se siente entendido, nuevamente se aprende a confíar en sí mismo como para poder luchar e insistir. Esto es lo que yo veo operando y produce cosas maravillosas.
Participante: ¿La comunicación hay que forzarla o hay que buscar el momento?
CM: Las dos cosas, cuando uno ve que no hay acceso, hay que buscarla. Otras veces hay que aprovechar el momento cuando se de. Pero hay que buscarla cuando el pibe no puede conectarse ni puede comunicarse. Ahí tiene que ir uno en la búsqueda del chico, no dejarlo desconectado. Nunca hay que dejar a los chicos desconectados.
Ana Quiroga: bueno, yo no pude estar en el momento de la apertura, pero no puedo dejar de agradecer la presencia de ustedes, pero particularmente todo lo que ha aportado Claudia. Nos conocemos hace tanto, que no voy a decir cuánto, pero sí voy a decir con orgullo que Benjamín y Claudia se pusieron de novios en un grupo que yo coordinaba, y fueron felices.
Me parece que este tema interesa mucho, tanto en el trabajo con los padres de los alumnos de “El Taller” que hemos realizado a principio de año con Guillermo, y en lo que uno oye cotidianamente en la calle, en cualquier estrato social. Porque eso, yo me acordaba de la salita de Laferrere cuando decían “se me va de las manos” y que sí, parece que no, pero hay esa simetría, …encontrar un concepto muy central y es un gran orgullo para la escuela
CM: que tuvo que ver con la escuela
AQ: que tuvo que ver con la escuela y … Bueno (aplausos)

CM: Este abordaje se llama vincular familiar, y tiene todo que ver con lo que aprendimos en esta escuela, y todo lo que nos enseñaron Ana Quiroga y Pichón Riviére (aplausos).